Kim Durkee, una señora de 67 años de Maine, con la excusa de ver la evolución de sus ejercicios adquirió un iWatch. Aunque en realidad lo hizo para fardar como hacemos todos.
Lo que no esperaba, es que el dispositivo de Apple le fuera a salvar la vida. Cuenta en una entrevista a CBS cómo su Apple Watch la despertó con una alerta de fibrilación atrial.
Su corazón estaba latiendo de un modo extraño y más acelerado de lo normal. Cuando el aviso se repitió varias veces, Kim decidió pasar por urgencias.
«Si no me ocurre nada, tiro el reloj», dijo.
Tras una exploración, los médicos descubrieron que en el corazón de Kim estaba creciendo un tumor, y el ritmo de crecimiento era tal que estaba limitando el caudal de sangre.
Una operación logró extraer el tumor que, de otro modo, habría acabado por provocarle infartos de miocardio y finalmente la muerte.
En palabras de la propia Kim, “el Apple Watch verdaderamente me ha salvado la vida».
Kim se ha convertido en fan vitalicia del iWatch de Apple.
Te cuento esto porque Apple ya no está en vender a más gente, sino en que la gente que les compra vuelva. Es el modelo de negocio de las grandes compañías de este planeta.
Fidelizar clientes en busca de una fuente de ingresos recurrentes, estables y predecibles
Desde Apple a Amazon, se han metido de lleno en la venta de servicios con el único objetivo de conseguir suscripciones.
Quieren fidelidad a la marca y crear un embudo de ventas que vaya desde su servicio de streaming hasta el ecommerce y otros productos.