Hola soy Carlos, tengo 43, hice EGB y si has llegado hasta aquí es porque crees que tengo algo interesante que contar.
No me conoces aunque eso no tiene porque ser malo. De hecho, te puedes aprovechar de ello ahora, ya que cuando sea rico y famoso, no podrás permitirte pagar mis servicios, o estaré demasiado ocupado para trabajar contigo.
En cualquier caso, con los niveles de ego que circulan por internet y la importancia que todo el mundo le da a la marca personal, podría ser un famoso gurú del marketing o un vendehumos y no lo sabrías hasta que fuera tarde.
Míralo así, las canciones de Alaska son igual de buenas aunque en su casa la llamen Olvido y vista alpargatas en vez de botas de plataforma.
Lo primero que tienes que saber sobre mí es que soy poco convencional. Me gusta el dinero, ganarlo, observarlo, estudiarlo, gastarlo y disfrutarlo.
No me acompleja hablar de ello, si no es tu caso, mejor que dejes de leer aquí.
???
¿Sigues?
También me gusta hacer que más gente lo gane.
¿Por altruismo? No, por más pasta.
Bien,
Me gustan las personas pero odio a la gente. Me jode que mi vecino se acabe de comprar un Panamera y suelo criticar a la gente a su espalda, que es como hay que hacerlo.
Y… ¿por qué te cuento todo esto?
Quiero dejar las cosas claras desde el primer momento. Porque si en algún momento piensas en darme tu dinero, no quiero malentendidos.
Lo de la EGB.
Marco mis inicios.
Desde pequeños nuestros padres primero, y el sistema educativo después, nos empujan a estudiar una carrera con muchas salidas, aprobar una oposición, aspirar a ser funcionario, o trabajar en una gran corporación.
Trabaja mucho, gasta poco y espera a la jubilación para vivir.
Los únicos caminos que existían por los que una persona puede ganar dinero son el de la suerte y el del trabajo.
El de la suerte pasa por fama, talento o lotería, todo muy lejano, así que opté por la vía más típica, la del trabajo.
Tampoco había opción.
Perseguía a los clientes, me arrastraba y tiraba los precios para llegar a objetivos.
Enviaba emails con muchas fotos y ofertas, los firmaba y me despedía con un “atentamente” o “recibe un cordial saludo”…
También decía cosas como:
— “¿Te puedo ayudar?”
— “¿Quedamos para una reunión?”
— “Ya me dices…”
— “Viste lo que te envié…”
— “¿Te pillo ocupado?»
— “¿Habéis decidido algo?”
Había asumido que levantarse cada mañana para ir a un trabajo que no me apetece es normal.
Que pasar 8, 9 ó 10 horas con zapatos apretados y ropa incomoda es normal.
Que desayunar comer y merendar en el trabajo es normal.
Que síndrome del domingo por la tarde es normal.
Había asumido como normales todas esas cosas, pero no los son.
Eran señales de que odiaba mi trabajo.
A los que hicimos EGB nos educaron así.
Pero esas situaciones se pueden cambiar
Me costó mucho tiempo resetear esa información y empezar a pensar en otras opciones.
Con los años he descubierto que sí, que hay más caminos y más rápidos, que no dependen de tu fama, tu apellido o tu suerte.
En cuanto a mi parte profesional
No tengo ninguna habilidad especial, no estoy licenciado en marketing, no tengo un master de la London Business School of Economics y la palabra empresario me viene muy grande.
No soy experto en nada.
Ni en diseño web, ni en programación, ni en plugins raros de wordpress, ni en SEO, ni en SEM, ni tengo másters de escuelas de negocios, ni nada de eso.
Todo lo que vas a leer aquí está basado en el sentido común más elemental y más primitivo.
Como carezco de talento y paciencia, mi método ha sido leerlo todo y observar a los mejores..
Pegarme a ellos como lapa y probar, en cada uno de los 3 negocios online que he montado y con los que con los que he ganado dinero, todo lo que hacían, sin cuestionarme si me gustaba o me aterrorizaba, hasta que a mí también me funcionaba.
En algún momento me pareció que era una buena idea empaquetar todo ese aprendizaje, ponerlo en bonito, servirlo listo para consumir y por supuesto cobrar por ello.
Dicho esto,
Cada septiembre en el pueblo donde vivo, la gente hace fila a las puertas del polideportivo.
¿Para agredir al alcalde?
¿Para votar un referéndum?
Nada de eso, son fiestas y el aperitivo es gratis.
Pincho de tortilla, pan de hogaza y cerveza del tiempo.
Mis amigos y yo nos vamos al bar de la Plaza, donde Mati saca unas jarras del congelador y nos sirve una cerveza bien fría.
Botellín del tiempo en vaso de plástico gratis.
Jarra helada pasando por caja.
¿Conclusión?
Lo bueno se paga para que siga siendo bueno.
Si quieres puedes leer un tiempo. Merece la pena, pero mi opinión no es imparcial, vas a tener que juzgarlo tú.
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