Twitter es gratis, Facebook es gratis, Instagram es gratis, Google es gratis. Entonces, el marketing digital es gratuito ¿verdad? Incorrecto. Más allá de los costos obvios, como diseñar y construir una aplicación o página web, las redes sociales están lejos de ser gratuitas.
Antes de nada, hay que aclarar que publicar en redes sociales cada día, cada semana o cada mes, no es una estrategia de marketing digital.
Entender la Web social y hacerlo bien requiere planificación, conocimiento creativo, administración de productos y otros recursos internos, todos los cuales tienen costos asociados que puede que no se vean al principio.
De hecho, el marketing basado en redes sociales cuesta dinero real. La realidad es que sí eres una pequeña empresa y quieres tener resultados de calidad, debes estar dispuesto a realizar una inversión económica importante.
Uno de los errores que se cometen a menudo al contemplar la puesta en marcha de un plan de marketing digital, es no tener en cuenta la cantidad significativa de tiempo que requiere. Por ejemplo, si comienza a escribir un blog con regularidad, ¿cuál es el costo del tiempo de esa persona?
Sin duda, los programas de desarrollo de productos y marketing basados en redes sociales pueden ser increíblemente beneficiosos. Los conocimientos adquiridos a menudo conducen a una innovación real.
Tomarse el tiempo para realizar un seguimiento de los KPI (indicadores clave de rendimiento) aplicables o, cuando sea apropiado, para evaluar el ROI (por ejemplo, a través de los gastos del centro de llamadas evitados como resultado de la implementación de un foro de soporte) son importantes por derecho propio.
Pero volviendo al pensamiento central aquí, todo esto nuevamente se suma a la realidad de que las redes sociales no son gratuitas.
¿Cuáles son los costos reales del marketing digital?
Hay cuatro canales principales de marketing digital:
- Posicionamiento SEO natural (si lo subcontratas, las agencias cobran fees mensuales a partir de 600 euros).
- Marketing de buscadores SEM (se paga por palabra en función de pujas: te puede costar 0,05 euros o 100 euros por palabra, y vas a necesitar más de una palabra…).
- Anuncios en display (se paga por clic, pero también por adquisición y venta: se negocia con el soporte directamente o a través de una agencia; puedes pagar 0,60 euros un clic o tres euros, o pagar un precio por venta cerrada y ahí depende de tu margen).
- Marketing en redes sociales (pagas por anuncios, por clic, pero también por adquisición, venta y número de impresiones; pagas realmente por el nivel de segmentación).
Para bajos presupuestos que no saben dónde meter su inversión, el medio más escalable, el que te permite hacer una prueba gradual, son los motores de búsqueda, y ahí te tienes que ir a Google AdWords.
Piensa que los clics que te van a cobrar tienen un buen impacto sobre tu web porque corresponden a usuarios que están buscando tu artículo. Se afina más el tiro. Un banner primero le tiene que interesar, luego tiene que pinchar, después se lo tiene que pensar.
Si la campaña consigue rentabilidad, hay que plantearse subir la inversión, mientras que si está en pérdidas, debería bajarse las pujas e invertir ese dinero en otros canales más rentables. Así que el presupuesto diario no sería fijo sino que se ajustaría a la rentabilidad.
Se puede empezar con inversiones pequeñitas, 300 euros al mes, pero como el nivel de muestra es reducido, tardarás más tiempo en obtener un volumen que te permita ver qué funciona y qué no. Irás más lento. También va a depender de cuánto te luzca esa inversión por clic de 300 euros. Si el coste promedio es bajo, te lucirá más. Si es un sector competitivo, va a ser más complicado.
La estrategia fundamental es la rentabilidad. Un negocio que arranca casi sin presupuesto no se puede poner a competir con los gigantes en coste por clic (CPC). Aunque estés dispuesto a pagar 100 euros por clic. No es rentable. La única forma de conseguir rentabilidad es ir a long tail, a esos espacios vacíos que están sin explotar y que suponen el 80% del espacio de Google
Según el mercado en el que opere tu empresa y en función del tipo de producto que vendas, contarás con algunos muy atractivos, que no serán de los más competidos en tu sector, y cuyo coste por clic será más barato.
Puedes tratar de ganar los primeros clientes anunciándote con esos productos con menor coste por clic. Y una vez te compren, como ya tienes los datos de esos clientes, la estrategia es tratar de conseguir que te compren otras categorías de producto más caros, con más beneficio, pero sin tener que pagar el coste por clic más alto que te habría costado si hubiera tratado de pujar por él en AdWords.
También puedes ahorrar segmentando horarios y días de campañas y no olvidándote de marcar las palabras negativas.
Tenga en cuenta que a menudo, las empresas más grandes pueden distribuir el trabajo requerido para un programa de medios exitoso en un equipo, en una pequeña empresa ese equipo suele ser una persona.
Es fundamental planificar y, al hacerlo, tenga en cuenta el tiempo necesario para escuchar, publicar, responder y administrar un programa de redes sociales.
Crear una presencia en redes sociales, por ejemplo, es fácil: participar, responder y construir esa presencia en un activo de marca es el verdadero trabajo.
Tenga en cuenta que el marketing digital no es para todos, existen otras alternativas. Cuando eres una pyme o un pequeño negocio que no dispone de un presupuesto elevado, ni tampoco de tiempo ni recursos, como los que tienen las grandes empresas, competir con ellos en este campo de batalla a la larga es insostenible.
Como pyme debes entender que los recursos son limitados y que no se puede hacer todo. a veces es mejor no estar en todas las batallas.
El tiempo es un recurso valioso que se tiene en el trabajo. Por ejemplo, una empresa grande puede comprar el tiempo, ya que se puede permitir contratar a más personas, más recursos humanos.
Sin embargo, para las pequeñas empresas el recurso del tiempo es limitado, por eso hay que destinarlo a potenciar las fortalezas.
Identifica rápidamente tus fortalezas, amenazas, debilidades y tus oportunidades y ponlas en tu plan. Cuando lo hagas, posiblemente te darás cuenta de que estás haciendo cosas que no necesitas.
Al final, el tiempo es el recurso más escaso. Por eso, hay que escoger muy bien los campos de batalla. Como Pymes tenemos que ser conscientes de lo importante y de las prioridades, eso nos conducirá a tener mejores resultados.