HACER MERCHANDISING ESTÁ BIEN, PERO FIDELIZAR CLIENTES ES MUCHO MEJOR.
Y SI AHORA, JUNTAS LAS DOS COSAS, INCLUYES EL MERCHANDISING DENTRO DE TU ESTRATEGIA DE FIDELIZACIÓN DE CLIENTES…
...ESO YA SERÍA LA HOSTIA LECHE
Aquí no te vamos a engañar diciendo cosas como: «haz merchandising y vive tocándote las narices el resto de tu vida».
Las cosas no funcionan así.
Nadie te va a declarar su amor eterno porque le regales un bolígrafo con tu logo, o le envíes una cesta por navidad.
Hace falta más.
¿Es importante hacer regalos corporativos? Sí, lo es.
Pero mucho más importante es crear tu propia legión de fans, y eso no se consigue con regalos pituferos del todo a cien.
Fidelizar clientes es una estrategia para adultos, no es jugar en un parque de bolas.
Es tener un negocio propio y no alquilado.
Fidelizar clientes va de ganar más dinero para que te vaya bien en la vida con un sistema de ingresos recurrentes y predecibles.
Va de cerrar el grifo abierto de tu negocio por el que se te va la pasta a chorros.
Todo ello para conseguir un negocio robusto que prospere en la adversidad y que incluso cuando la economía va mal, sigue creciendo y haciéndose más sólido.
Sí te suscribes, descubrirás como tener un negocio extraordinariamente rentable, sin redes sociales y sin gastar ni un euro en publicidad.
Aunque antes de continuar, debo advertirte que:
Aquí dentro, no dedicamos ni un solo minuto a hablar de SEO.
Desconozco “las 5 Estrategias para tener éxito con Google Ads”.
No tengo abdominales que mostrar en Instagram y tengo menos ritmo que una gotera por lo que Tik Tok queda descartado como fuente de ingresos.
También que fidelizar clientes, no consiste en bajar tus precios,
Tampoco va de ofertas dos por uno, eso si vendes pepinillos rellenos puede valer pero no es el caso.
Además, nuestro catálogo de merchandising es directo y va al grano, solo tiene 120 páginas con artículos pensados para convertir a tus clientes en fans.
La gente se estruja las neuronas pensando qué hacer, qué inventar, para vender más y dejar atrás el peso de los malos resultados.
Cuando la única realidad es que no tienes que invertir nada, ya tienes todo lo que necesitas.
Tu cabeza, sentido común, algo que vender y gente que quiera comprar eso que dices que vendes.
Tampoco hay que ser Disneyland, ni Apple ni Amazon.
Puedes ser un joyero,
un asesor fiscal,
un coach,
un abogado,
una tienda de moda,
o un sexador de pollos…
Lo que ocurre es que los seres humanos somos gregarios y hacemos lo que la mayoría hace y dice.
Porque lo que hace la mayoría siempre parece ser lo mejor.
Nos identificamos con ella, queremos parecernos a sus integrantes, ganar su aprobación y no queremos quedarnos fuera.
Eso no es bueno ni malo. Simplemente es.
Entonces,
Si todo el mundo va a una red social sentimos la necesidad de seguir a la multitud.
Si todo el mundo se embarca en cierto tipo de comunicación, la copiamos.
Y si todo el mundo se anuncia en Google, nosotros también.
El problema con esta situación es que es imposible ser diferente, y acabamos haciendo lo que hacen todos.
Y el dinero NO está ahí.
Está justo enfrente.
Si el dinero estuviera en hacer lo que dice la mayoría todo el mundo estaría facturando 30.000€ al mes con sus negocios…
…Y eso creo que no es así.
Si te suscribes, sabrás cómo vender miles euros, solo por el boca a oreja, sin “padrinos”, ni contactos, ni dinero. Solo gente diciendo a otra gente que te compren a tí.
¿Quién eres y por qué deberíamos hacerte caso?
Con tanto ego recorriendo internet, quien soy es lo de menos, da igual que mi nombre sea Pepe o María Dolores.
Piensa que las canciones de Sergio Dalma son igual de buenas aunque en su casa lo llamen Josep Capdevilla.
En cuanto a mí, la verdad es que no tengo ninguna habilidad especial.
No tengo un máster en la Rey Juan Carlos, no soy un experto en marketing y me viene grande la palabra emprendedor.
De lo único que entiendo, es de hacer las cosas sencillas.
Las pocas cosas que sé, las he aprendido a base de probar, probar y probar.
A partir de ahí cribar lo que funciona y descartar lo que no, aplicando el sentido común.
Vender es simple, a menos que tú lo hagas complicado.
Hace tiempo descubrí que la publicidad tal y como la conocemos, se va a la mierda.
Y no, no soy Nostradamus.
Lo he sufrido perdiendo cantidades pronográficas de dinero en publicidad en Google.
Si gastas en publicidad, seguro que ya te está pasando.
Cada vez pagas más y llegas peor a tus posibles clientes. Poco a poco pierdes visibilidad y detrás van tus ventas.
Intentas compensarlo con más gasto en publicidad pero ya es tarde, detener la hemorragia es imposible.
Las páginas de Facebook ya hace tiempo que dejaron de llegar a tus seguidores salvo que pases por caja.
Instagram lo está haciendo hoy.
Y mañana será Linkedin.
Así que, o pagas o nada.
Incluso, si pagas, la cosa no pinta bien.
En definitiva, la publicidad personalizada más pronto que tarde, vas a verla desaparecer.
Así que, si Google y las redes sociales constituyen tu fuente principal de captación e ingresos es momento de acojonarse.
Vale.
Sin publicidad.
Sin SEO.
Sin redes sociales……
¿Qué nos queda?
Tu mayor activo, el cliente.
Si te suscribes, descubrirás el viaje para pasar del, “qué coño hago ahora para vender más” al “madre mía que está pasado”.
La manera de tener clientes recurrentes sin tener que salir a la calle en bolas con una pancarta.
Un sistema simple y sin riesgo para cobrar más por lo que vendes y que aún así tus clientes te prefieran a tí y no a tu competencia.
Y muchas cosas más.
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